Mc 10, 46-51
“Vete, tu fe te ha salvado”. Mc 10, 46-51
Comentario
Generalmente miramos lo que nos llama la atención y lo que es importante para nosotros. Jesús vino a este mundo a mirar a los que nadie miraba y así mostrar la pasión de Dios por la humanidad. Él vino a salvar al perdido, sanar al enfermo, a dar la vista a los ciegos… Jesús escuchó el grito de Bartimeo, lo miró, le preguntó qué necesitaba y lo ayudó.
Mirar con los ojos de Jesús es estar atentos, escuchar a las personas que piden ayuda y mirarlas con amor y ternura. Le pedimos al Señor que no seamos sordos ni ciegos ante las necesidades de los demás.
Oración
Dame, Señor, tu mirada y pueda yo ver desde allí el día que empieza, el sol que calienta y cubre los montes de luz.
Dame, Señor, tu mirada y pueda gozar desde allí que el día declina y anuncia
las noches de luna cuando viene abril.
Dame, Señor tu mirada, grábala en mi corazón, donde tu amor es amante
y tu paso constante, tu gesto creador.
Dame, Señor, tu mirada y entrañas de compasión; dale firmeza a mis pasos,
habita mi espacio y sé mi canción.
Dame, Señor, tu mirada y entrañas de compasión, haz de mis manos ternura.
¡Aquí estoy, Señor!
Tu sueño
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