Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.
A Ti celestial Princesa, Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco, en este día, alma vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes,
Madre mía. Amén.
A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén.
Amigo: cuando uno se da de cara con aquello que va más allá de un sentimiento, que va más allá de un simple elegir, sino que es la respuesta a tus deseos más profundos de felicidad, está claro que la vida te cambia. Y cuando lo descubres, te falta tiempo y espacio para salir a todos lados a contarlo a mostrarlo.
La Inmaculada Joven, María, quiere ser ese ejemplo para ti. Quiere mostrarte cómo ese ‘Sí’, cambió su vida, dio sentido a su existencia, le llenó de plenitud, dio respuesta a sus deseos de felicidad. ¿Y tu ‘sí’? No tengas ningún miedo a mirar cara a cara lo que Dios quiere para ti. María tras su ‘sí’, salió a estar con su prima Isabel, se puso en camino hasta Belén, acompañó a su Hijo en todo momento, hasta en el camino de la Cruz. Siempre en camino, siempre mostrando la Vida. Amigo, ahora te toca a ti. Sé valiente. El Señor tiene para ti algo grande. Vívelo y ve al mundo entero a testimoniarlo.
Pisa fuerte y deja huella
Textos de Raúl Tinajero