Se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». [...] Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.
Tú que, Negándote a ti mismo, hallaste en Jesús tu mayor tesoro, ruega por nosotros.
Tú que, como hombre Justo, viviste buscando el Bien y la Verdad, ruega por nosotros.
Tú que, en la Obediencia, experimentaste la fuerza en la debilidad, ruega por nosotros.
Tú, que en tu Sencillez, formaste una familia desde el Amor y el sacrificio, ruega por nosotros.
Pisa fuerte y deja huella
y esposo de la Virgen María.
en ti María deposito su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
y defiéndenos de todo mal.
Imagen en el móvil: San José, de Raúl Berzosa